martes, 10 de diciembre de 2013

Cleopatra

Se nota cuando la luna está creciente
Aunque sea de día
Hay muchas cosas que no se ven
Solo se sienten
Y confiamos en que están
Y tú te sientas en el bordillo con un café que humea
Que parece que susurra con nosotras y no le oímos
Porque hace mucho frío y nuestra risa también es vaho
Que se confunde frente a la nariz con el humo de los cigarrillos
El invierno nos acaricia la cara, helado como los dedos del miedo
Pero nuestras mejillas arden, como las de un marinero en su noche libre
Y esa serpiente de incertidumbre que se nos enrosca en el cuello
Huye dejando su muda de piel en nuestra piel
Y esas escamas de dudas nos protegen
Porque cuando vuelve se ve como en un espejo
Y hablo de esa piel de gallina que creían de cobardes
Se equivocaron otra vez, como la paloma de Alberti
Cuando creen que no podemos, se equivocan siempre ellos
Esa piel erizada es nuestro traje de guerrero
Y estás tan guapa cuando te lo pones entero
Que le estamos ganando poquito a poco la guerra al invierno
Míralo ahí en un rincón, muriéndose de frío