martes, 15 de enero de 2013

Protocolo de emergencia

No oigo la letra de la canción,
no le presto atención. 
Mi cabeza va a estallar, 
también mi corazón.
Mi trozo de nostalgia del día. 
Cuando llego a casa, es tarde, 
normalmente más de las dos, 
suelto el bolso y me siento al ordenador. 
Pongo música, escribo. 
Te escribo, porque aunque no lo leas nunca, 
esto es para ti.
Llega el final del día y siempre pienso ¿dónde estás?.  
Y te imagino durmiendo con tu enorme edredón blanco. 
Con la brisa del mar silbando 
por las rendijas de tu persiana. 
Puedo saber hasta en qué postura. 
Es gracioso, me di cuenta que te quería cuando te dejé elegir el lado de la cama sin rechistar. 
Sigue cantando Johnny Cash, 
y me tomo el lujo, por un instante, 
de pensar que tú cada noche también tienes tu ritual. 
No tiene por qué parecerse a este. 
Simplemente que antes de dar tu día por acabado,
de dejar caer el telón, 
te preguntas por un momento dónde estoy yo. 

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